14 abril 2011
El día está cociéndose a fuego lento, bien, sin aspavientos, sin tenerlo que empujar y sin sustos. Elia, la Gómez, la neumóloga mas atractiva de todo el Sanjuanero, me ha dado buenas noticias y el del banco me recibe esta tarde para darme alguna opción a mis inversiones que, por pobres que sean, son las mías y las que mas quiero. Pero el récord de las alegrías del día me la da Pedro, uno de esos habituales de siempre: "Enrique, me voy a casar". Pedro ya tiene 54, dos matrimonios destrozados, cuatro hijos y cuatro nietos, su vida no ha sido fácil, siempre viajando y su vida sentimental un pena tras otra, las dos ex lo dejaron por razones obvias, cada una se la pegó con dos de sus ex mejores amigos de la infancia. Pedro añora la vida en pareja y es un tipo excepcional, ahora está con la cosa de la Cofradía y los pasos, y con las cosas de la CAM, su empresa, por lo que su futuro lo tiene en un sobre cerrado sin destino.
Pedro quiere a su nueva Georgín, (o algo así), francesa, viuda, jubilada y con casa en La Playa, "ojalá la hubiese conocido hace cuarenta años, Enrique", me dice mientras su voz se le hace temblorosa y apura el Bacardí-Cola. Está feliz, si, muy feliz, no hay edad para el amor y eso es algo difícil, si, pero nunca es imposible, por muy caduco que parezcas estar, o eso me parece.
Gracias día, de momento te voy queriendo un poco mas ...
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Si nos quitan las ilusiones, las esperanzas, el amor, todo eso que nos hace humanos ¿que nos queda?....como dijo Napoleón: "derrota tras derrota,hasta la victoria".
ResponderEliminarUn saludo
Es viernes y, por tanto, debemos ser optimistas, como mi amigo, que ha decidido casarse a su edad y eso es una prueba de un optimismo inmejorable.
ResponderEliminarGracias, argy, lucharemos hasta la victoria ..........yujuuuu
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