18 mayo 2011
A veces hacer cosas tan sencillas como acercarse al Jauja a tomar un café y comprar ese pan tostadito tan rico que allí cuecen, que cuando menos te lo esperas ves que son tan necesarias como vitales y naturalmente, como todo en la vida, cuando mas las aprecias es cuando no las puedes hacer. De momento, igual que con otras muchas cosas, saborearé mis espacios y cada uno de mis momentos especiales, que ya lo son todos, mas que nunca, como si ya no supiera si mañana los podré volver a disfrutar.
Hay cosas que son tan fáciles de disfrutar y que no hacemos cuando podemos que, a veces, pienso que nos hace falta usar dos vidas para entenderlo. El problema es que solo nos dan una y sin fecha de caducidad fija. Voy a tener cuidado con ello.
Ya te lo dije, no dejes de hacerlo nunca!!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, argy, estoy esperando salirme de este valle de lágrimas particular que llevo encima, para salir corriendo hacia la zona Jauja.
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