viernes, 24 de junio de 2011

¿Feliz a cualquier precio?



24 junio 2011

Sales a la calle y no, precisamente, buscando amor, sales porque no hay mas remedio, hay que llenar la nevera y de paso recargar las neuronas absorbiendo algo del espacio vital que cada día alguien se debe ir encargando de dejarlo entre el cielo y la tierra pues ahí siempre está y siempre lo encuentro. Me decía ayer  por la mañana un cafetuliano:
"Enrique, todo está muy mal, dicen, que la Barraca del barrio, de nuestro barrio, este año se ha reducido a la mitad, que los locales del barrio están todos en crisis pues el personal que habita por aquí, al ser un barrio nuevo,  es muy joven, están empezando su andadura familiar y no les llega ni para pagar la hipoteca y por tanto la compra la hace mamá en su barrio y se la trae a su nevera directamente, a la de los chicos, y lo hace cuando ellos no están para que no se sientan ofendidos, ni humillados".
Su hija, la de mamá y que es también la mujer de mi amigo cafetuliano, trabaja en el Ayuntamiento y es un encanto de mujer, mi amigo está callado, sorbiendo el café mientras deja la mirada en el infinito. Al rato, mi amigo se arranca tras un titubeo inicial  y lo hace con un lamento que me ha sonado, mas o menos, así:
"Mi yerno está trabajando con el Empresario del año y de un momento a otro espera el despido pues sabe que la Generalitat no paga las obras y su jefe para, sin decirlo, las obras o las ralentiza mientras no cobre. La cosa está muy joía, Enrique, pero vivo como Dios, cierro los ojos y hago como si no pasara nada pues nada puedo hacer, mi mujer va por allí, por la casa de la niña,  les cuida los niños y les llena la nevera, yo les llevo por la mañana al colegio, pues los dos entran a las ocho de la mañana y los niños a las nueve, por la tarde es ella, mi mujer, la que los recoge, les da de comer, los entretiene y yo me pongo a jugar con ellos y disfruto como un enano, y, yo, Enrique, que quieres que te diga, yo soy feliz. Si tuvieran mas dinero o les fuera mejor todo, se habrían marchado a Madrid que es donde él, mi yerno, quería que le destinaran como Jefe de Grupo de una importante obra que la empresa quería adjudicarse allí. Ahora no tendría nietos, ni hijos, estaríamos solos o a saber qué, por contra ahora mi vida está llena de alicientes. Da pena cuando les oigo hablar, pero creo que hasta son felices, se han acostumbrado a este tiempo y hasta les veo bien, se quieren y lo aparentan, están tristes por la crisis, pero no les veo agobiados. Esta noche se irán a la Barraca y a la Hoguera y nosotros nos quedaremos con los niños. Así es mi vida, Enrique y no me quejo"
Media horita de enriquecedora charla, que no hace mas que reafirmarme en aquello tan traído de que cada cual sabe lo suyo y dios en la de todos, o algo así o muy parecido,  mientras, yo me marcho para lo mío y para dejar de meditar sobre como puede o debe, llevar su vida cada uno y/o como la ve o la disfruta, no es cosa mía, pero yo me iré  para mis misas y mis cantos, mis dichas y mis desvelos y seguiré pensando que todo no es nada, solo vale lo que quieras tener y tenerlo en mente es lo que mas cuesta y lo que mas valoro, lo demás, lo demás no me importa, bueno, quiero decir que no me importa tanto porque yo ya tengo lo que quiero y lo que debo hacer es conservarlo, que no es tarea fácil, pero me esmero cada día mas en ello, os lo prometo, ese es mi objetivo y cuando yo me empeño en algo …

2 comentarios:

  1. Otra de "Danza de la realidad" amigo......asi es, a cada uno lo que le toca. En todo caso, dando gracias a Dios. Un saludo

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  2. Si, eso creo, argy, eso creo. Nada que decir ni nada de que quejarse.
    Un abrazo, amigo.

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