26 julio 2011
Un previsible y tremendo virus, muy cerebral él, ha asesinado todos los archivos y cuentas de correo y sociales, de todas mis ilusiones virtuales.
Mientras no me reponga estaré en mi nube, la propia.
Adiós o hasta luego, "ja vorem", puede que la vida esté en otra parte, no sé.
Enviado desde mi iPhone