La Vehemencia de la Ignorancia Profesional–VIP

03 julio 2011

La crisis acaba con el 60% del empleo en el sector de la construcción en Alicante

“A mi que me registren dices tú, ¿verdad?, claro, como tú ya no estás en el ajo, ahora te ríes de todo” y la mejor: “Qué suerte tuviste, Enrique, te saliste en el mejor momento”. Todo eso me cuentan mis amigos cada vez que hablamos de lo mal que ha quedado la cuestión ocupacional en mi querido sector del ladrillo y me lo dicen como si yo lo hubiera podido escoger. En el 2006 mi querida DFEH me impidió seguir y, es cierto, me libré de lo peor; Crisis de ventas, despidos de personal y lo mejor, sin duda, me ahorré el tener que sufrir la vehemencia de la ignorancia del mando.

Tras muchos años de profesión, especialmente, cuando estás en un cargo que tocas el pelo del poder de cerca, o, al menos, ya lo ves y hasta convives con él, te das cuenta que en este País cualquiera puede ser alto directivo de cualquier empresa, basta con ser familiar, amigo fiel de un amigo poderoso para ello o estar metido en algún partido político de marca. Sin duda los hay que valen, yo he conocido a un par de ellos en 38 años de profesión, pero la clase de ejecutivos de la España del ladrillo está llena de gente artera, muy lista pero escasamente preparada para entender lo que es una empresa del siglo XXI donde la competitividad, creatividad, calidad e ingenio están por encima de la especulación, de la connivencia o del amiguismo para conseguir el éxito.

La mayoría de mis amigos de entonces están en el paro, otros han emigrado al exterior y otros, que no son pocos a sus cincuenta y tantos ya no trabajarán jamás, pero cuando alguno de los jóvenes que acuden a mi santuario, de vez en cuando, y me preguntan, les digo que no se dejen amilanar por las circunstancias, los buenos toreros no se hacen con toros mansos ni las cúpulas del poder profesional se nutrirán de patanes poco formados, aunque tengan amistades poderosas o carnet político en su bolsillo. El mundo de la información y el de la formación deberá prevalecer sobre cualquier otro atributo que un profesional pueda llevar en la mochila de los conocimientos adquiridos. Algunos de mis amigos ya les funciona y les va bien, Rafa, Begoña, Ignacio, IRR, Ulaya, todos ellos, y muchos más, han sabido sobreponerse a todo y en ello están, trabajando como leones y formándose cada día un poco más, no se puede dejar de estar al día. Si tenéis algún curso de formación al alcance la mano, no dejéis de hacerlo, eso es lo que les digo, pero la tendencia actual, con la crisis a cuesta, no hace mas que turbar la eficacia de quien los organiza y de quien debiera promoverlos, que no es otro que la propia Administración desde todos sus Entes.

“Menos dinero para fiestas y gastos de diputados y mas para Formación”, dice un metódico amigo de los que nunca ha parado de estudiar a pesar de tener ya una “avanzada edad a sus 53 años”, banquero de lujo, economista de la élite y prejubilado de la banca en una clara prueba de la estupidez de nuestra sociedad. Toda una foto de la equivocada realidad profesional actual.

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