29 diciembre 2011
Cruzaban la calle del Teatro, justo enfrente del mismo, madre e hija, la madre iba cogido del brazo de su hija y andaba con gran dificultad. La hija la llevaba a una velocidad que la anciana señora soportaba con gran agobio. Parecían del barrio, iban arregladitas y no parecían ir a la casa de beneficencia, precisamente, pero al llegar al bordillo, frente al teatro, la anciana tropieza con él y la hija tiene que hacer un alarde de su madura juventud y la sostiene sin que se caiga, pero a continuación y ante mi estupor, la hija empezó a soltar su verbo mas cruel contra la anciana, llegándola a insultar recriminándole su torpeza y falta de tino. ………
La Loli acababa de contarme que una señora, en la Televisión, explicaba que se iba a un centro de día para personas de la tercera edad a pasar todos los días de Navidad pues sus hijos se habían marchado a esquiar a Courchevel y la habían dejado sola. No se cual será el fin de mis días, no lo sé, ni sé por qué nos volvemos tan crueles ante la incapacidad de otros y/o de nuestros mayores, pero rezaré para que esa escena ni me toque vivirla, ni que tampoco le toque a nadie, claro.
Feliz día amigos.
En tu alma llena de buenas intenciones siempre quieres el bien para todos y es de agradecer pero esa "mano" mecánica, ortopédica y fría a lo mejor la tenía el viejecito en su casa y la había usado. Ser joven no implica bondad, ser viejo tampoco. De todas formas seamos generosos y quedemos tranquilos con nosotros mismos.
ResponderEliminarEn cuanto a tí desarte toda la felicidad del Año Nuevo, don Enrique, al que si tuviera que poner un mote pondría: el bloguero caballero.
Gracias, Misántropo, ya sabes que soy ya, casi, un viejo admirador de tus "letras". Verte por aquí y leer tus palabras me lleva al rincón donde me pongo colorado para que nadie me vea. Un abrazo y gracias por tu felicitación, la cual, sin duda extiendo a ti y a todos tus seguidores.
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