El “CHICHI PRODIGIOSO” de Enrique el Asturiano

29 marzo 2012

Alguien me quiere hacer hablar de la Huelga general de hoy y como cada vez que me pongo a hablar de esas cosas tengo algún disgusto, es decir, mientras unos dicen que soy un bolchevique de “merde”, hay otros que dicen que así es como se expresan los fachas o que, además, insinúan que mi etapa de sindicalista clandestino juvenil, nunca existió. Me faltaría decir aquello que ha hecho famoso al que dijo aquello tan lustroso de “Viva Honduras” donde no tocaba.

Bien, por tanto y a la vista de que mis genitales ya no obedecen a la razón, ni a orden alguna y que una buena amiga-e me felicitara ayer tras haber puesto que estoy felizmente casado en mi perfil del feisbuc, a la que por cierto, tuve que aclarar que mi vida con Maribel ya va por el año 46 y no es que me acabara de casar, faltaría que, encima, me hiciera un regalo de bodas, pues bien, dichas todas estas tonterías que, seguramente, a nadie importan, voy a poner aquí una tremenda historia que me manda mi amigo Enrique el Asturiano, si, ese tipo  cachondo, voraz y lenguaz donde los haya, rey de aquellas  Españas obreras de los 60 y feliz compañero de Cargo, aunque no de territorio, en mi querida Metrovacesa, todo un ejemplo de lo que se puede llegar a  hacer solamente con esfuerzo y dedicación, lo cual, sin duda, no lleva  a nadie a hacerse rico, pero de amigos te quedas como los de Shakira en el feisbuc, a miles. Pues ese, mi Asturiano amigo, ése, ha puesto este cuento en mis manos y yo aquí lo dejo por si a alguien le recuerda algo:

EL  CHICHI PRODIGIOSO
Un  Vasco va en un tren sentado frente a una rubia estupenda, vestida  con  una minifalda muy corta.  
El hombre intenta no fijarse en  sus preciosos muslos pero no es capaz de retirar su mirada.
De tanto  fisgonear se da cuenta que la chica va sin ropa interior.  
La  rubia se da cuenta de que él la mira justo ahí y le dice: 

• Me  estás mirando el chichi, ¿verdad?
• Sí, disculpa - responde  sonrojado el vasco tras apartar la mirada. 
• Está bien, no te  preocupes - responde la mujer - ¿Sabes? Es muy hábil. 
• Mira esto, voy a  hacer que mi chichi te guiñe un ojo.  

Dicho y hecho. El hombre  ve asombrado cómo el chichi le echa un par de  guiños. 
Él,  totalmente asombrado, se pregunta qué otras cosas podrá  hacer.  

• También puedo hacer que te tire un beso.
• La  chica sube un poco más la falda para que él tenga una vista completa  y despejada.
• Acto seguido, el chichi increíblemente contrae sus labios  y le  tira un beso con sonido incluido: Muac  

El vasco no podía creer semejante expresión de raro  talento.

• Ven y siéntate a mi lado - sugiere la mujer ya  entrada en calor.
• El hombre, ni corto ni perezoso, se sienta a  su lado.
• La rubia, con voz melosa, le pregunta:  ¿Quieres meter dentro un par de dedos?

Paralizado de asombro el  vasco responde: ¡¡¡¡¿No me jorobes, no me digas que también  silba?.....!!!!!

..

enriquetarragófreixes