Comportamientos 2.0: Un día de Playa gracias a la Santa Faz

19 abril 2012

Un día para ponerte pesas en los bolsillos, nada de orgías colesterólicas, ni de cervezas a la vera de la valla de la autopista. Yo me he ido, tras obtener la consiguiente INDULGENCIA PLENARIA, hacia mi querida Playa, la de San Juan.

Ellos se lo montan a lo grande, de un modo sencillo: 

“Tíos, vosotros no nos habéis dado nada, solo vuestras amarguras y vuestras frustraciones. Dejadnos tranquilos, dejad que hagamos lo que nos gusta hacer, no hacemos daño a nadie”. Un grupo de jóvenes de Instituto, o quizás de Universidad, iban con sus carros prestados de Carrefour, repletos de sus manjares y, fundamentalmente, de botellas de Coñac y otras bebidas de marca irreconocible, al menos para mi, y con esas palabras se estaban enfrentando a los miembros de un coche patrulla municipal y a unos veteranos viandantes de la Playa que se quejaban de su falta de tino, civismo y otros gestos que, sin duda, provoca la cerveza tempranera. “Tirar cubitos de hielo al paseo puede ser peligroso”, le decía el Municipal al líder de los paganos adolescentes, con un aceptable tono paternal. “Es que os creéis los dueños de todo, niñatos, ¿donde os han enseñado a comportaros así?”, decía, con un tono mas ofensivo, una de las mas veteranas denunciantes presentes y que a pesar de su baja estatura, se hacía notar como la que más. 

Sigo mi camino y en otros grupos, mas o menos juveniles, eso si, todos con su carrito y su despensa de contenido líquido-alcohólica, sustancialmente, se mantenían en creciente tono amistoso y jolgórico en la arena, disfrutando del día, ventoso, amainando, pero muy soleado. Allí estaban todos, con su INDULGENCIA PLENARIA en el bolsillo desde que nacieron lo cual consiguen sin tener necesidad de pasarse por la SANTA FAZ, pero da igual, esto de las fiestas cristianas es lo mismo que pasa con casi todos los festejos ancestrales, son eso, cosas del pasado y que solo sirven, como la dichosa Semana Santa, para “pasarse un poco” al igual que se hace con todas las fiestas populares, si, como las de moros y cristianos, las fallas y/o las Hogueras de Alicante. 

Sorprendentemente, al margen de los rititonos de los cientos de Smartphone que por allí sonaban todos a la vez, oigo que uno de los líderes de la clase gestante playera y, sin darse cuenta, con toda seguridad, de mi existencia, va y dice algo que me ha hecho reconocer que eso de la cultura debe ser un don oculto a la vez que me ha hecho entender, otra vez, que la fiesta es lo que es: “Pero que dices, tía, (le hablaba a otra colega próxima), si la túnica esa está mas que demostrado que no es la original. Pero si le hicieron la prueba del carbono hace unos años y dio que databa de 1240 o algo así”. Jo, me han dado ganas de levantarme para aplaudir, pero me he contenido.

Pero todo se da por bien logrado y hablado, si, al final, adviertes que ellos, jóvenes y mayores, conviven, aunque sea discutiendo, y se relacionan, a pesar de los tiempos de maldad que vivimos y eso, sin duda, ya es un acierto de quien corresponda. Nosotros, seguramente, las hicimos de peores, la maldad no está, ciertamente en lo que se ve o se deja ver. Por eso, hoy, romperé una lanza por ellos cuando veo a tanto veterano refunfuñante, y diré que cada vez me acuerdo mas de aquello que siempre decía Paquita, mi Santa Madre: “Fill meu, no entenc per què la gent s'avorreix tant” - “Enric, no entiendo por qué la gente se aburre tanto”. Pero y hablando de los otros, como decía, también, mi Agustín, mi Santo Padre: La solución no está en recriminar, tan solo, quizás convenga educarlos antes.

Si tenéis tiempo, no os perdáis el espectáculo, acercaros a la Playa de San Juan, pero, mientras lo decidís, os dejaré aquí un vídeo nada ofensivo sobre la cita viva del día, montado con fotos tomadas hace un rato:

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