Lo veo venir, el Complejo procedimiento para no facilitar la renta que deberá hacerse para actualizar las tarjetas sanitarias, las SIP, de todos los españolitos y con ello ajustar el porcentaje que debe pagar cada uno de ellos en las farmacias, me huele a que puede crear una nueva cola no se muy bien donde, si en Hacienda o en los Centros de Salud, pero será la cola de la gente que reclama que su porcentaje, bien o mal aplicado, no está bien calculado pues ya sabemos como nos ponemos de torpes a la hora de entender el “porqué” de las cosas, si de pagar dinero de nuestro bolsillo se trata.
Otra cosa será el impresionante coste que representará la emisión de esos milloncitos de nuevas tarjetas de salud que se deberán crear para ello y el inmenso trasiego laboral que su gestión acarreará a los “aburridos aunque eficaces gestores de la Cosa Pública”. Un madrugador del café, muy jubilado, muy joven y muy del Rubalcaba, él, me dice esta madrugada: “Enrique, voy a llenar los armarios de medicamentos antes de que llegue el uno de julio. Estos cab…nes nos quieren arruinar la vejez”.
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