Mineros, SI, claro, pero …… ¿y los otros mas de cuatro millones deovejunos españolitos?

¿Pierden la razón con estas prácticas?

 10 julio 2012

Juan me decía esta mañana que le parecía muy noble la reivindicación de los mineros, que se basa, fundamentalmente, en la recuperación de la prometidas ayudas aún y siendo su mantenimiento, el de las minas, una ruina clamorosa. Si, le parece muy justo que todo el mundo les haga caso, aunque sea a golpe de Bazokas, Tirachinas y otras novedosas formas de protestar, para lo cual tendrán mas que motivadas razones para hacerlo, pero no entiende que a su hermano que lo echaron hace 23 meses de El Corte Inglés, en Madrid, a sus 58, con dos años de paro y nada más que hacer en la vida, pues la sociedad no lo quiere para nada y que dentro de un mes le vence el plazo por el que sigue cobrando la prestación por desempleo, si, pues resulta que le parece injusto que él y esos mas de cuatro millones de españoles que están en lo mismo que él, no encuentren un micro salvador o un político motivado que les eche una mano. A él le parece injusto y yo no se que pensar. Quizás, me dice Juan,  haya que ponerse en bolas en la Playa donde transite algún Cargo mediático y pintarse la piel con cualquier lamento, quizás haya que quemarse a lo bonzo delante del ministerio de trabajo o, quizás, baste con robar un tanque y lanzar algún bombazo en el edificio de Las Cortes.

Hay un viejo refrán que hablaba del mamar y del llorar que no voy a poner aquí pues la cosa no está para bromas, pero me encantaría que esa plebe mediática que ayer se dejó ver por los Madriles estuviera, también, pendiente del futuro del hermano de Juan. La ley y las preferencias del sistema, debieran ser para todos igual ¿Verdad?

PD: Vaya, con esta mini protesta por el derecho de todos los demás, mi total reivindicación por los derechos de los habitantes de la cuenca asturiana  y de toda  la familia minera española al igual que por todo ese mundo obrero al que éste y otros gobiernos anteriores, tienen y han tenido, ya, demasiados años en el olvido.

enriquetarragófreixes