04 julio 2012
Siempre piensas, cuando eres joven, que el mundo, la vida, tu futuro, está en otra parte. Que nadie tiene NPI y que los viejos ineptos acaparan el poder en detrimento de las sabidurías incipientes de los universitarios de teta. Luego la vida te va vapuleando de un lado a otro del camino, unas veces te aúpa y otras te deja en el fondo, si, como hace cualquier buena batidora. Llenas tus espaldas, tus ojos y tus entrañas de esa extraña sabiduría que algunos aún llaman experiencia. Pasan cientos de meses y cada vez te sientes mas seguro en tus convicciones, cada vez te cuesta mas, mucho más, cambiar de opinión una vez la manifiestas. Pero lo curioso es que tras tantas batallas ganadas y perdidas, claro, resulta que nada ha cambiado, todo está como al principio, te das cuenta de que cuando eras un joven postgraduado tenías mas razón que un santo, es cierto, nadie tiene NPI y los carcas de siempre siguen mandando. Como diría mi amigo Augusto: ¿Paqué tan largo viaje si al final el mundo sigue siendo mundo?
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