Estando como se está, es decir, con la cosa sensorial en estado inerte y, además, la herida del pensamiento sangrando por todos los poros, solo queda amar frente al mar, que esa es una frase que contaba, siempre, mi abuelo Enrique, que como toda la gente que parece que sale de un cuento, sabías que no era exactamente real casi todo lo que te contaba, pero te aferrabas a tu imaginaria ilusión para creer que todo era como él lo decía. Amar frente al mar, consistía en apoyarse ahí, en la barandilla de piedra del camino del Faro Barcelonés, mirando al mar y pensando en todos aquellos que queremos. ¿Te acuerdas Mamá? – Eso le decía yo a mi madre a los 18, siempre que me acordaba de Él.
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Un 10 como siempre........
ResponderEliminarGracias, amigo Antonio, ers mi protector.
ResponderEliminarUn abrazo
NO PUEDO RECORDAR SIN LLORAR , ME ESTAS SENSIBILIZANDO , CON LO BIEN QUE ESTABA YO CON MI HABITO DE DUREZA ERES UNA COMPAÑIA PELIGROSA
ResponderEliminarMuy peligrosa, Griselda y, ah, me alegra ver que estés cambiando la dureza por sentimientos.
EliminarUn abrazo muy fuerte