martes, 9 de octubre de 2012

Cuenta de Resultados, La: “Una droga profesional necesaria”


Villa Capri-Benidorm 2005


09 octubre 2012
Era un “sinvivir”, Enrique, toda la vida luchando contra ti mismo, contra el peso de la Responsabilidad del cumplimiento de los objetivos. ¿Tú mismo que hacías? – Llevarte las Relaciones valoradas de la obra realizada a casa, los sábados, y todas las noches pensando en si mañana te servirán ese camión de ladrillo del 9 de la fábrica de Agost pues la de Petrel trae el ladrillo sin cocer y se rompe al mojarlo – ¿Te acuerdas?
Encontrarte en una mañana festiva a un tipo que apenas te acordabas de él, un personaje fiel, trabajador y eficiente, pero que, al parecer, estuvo en tres obras mías, quiero decir que estuvo en obras donde yo era una especie de Súper Jefe de Obras en los 80, en mi querida CEOSA, (Caminos, Edificios y Obras S.A.), pues eso, decía, si, tiene, eso de encontrarse a un caballerete que te ría las gracias del ayer, pues si, tiene su gracia. Se acuerda de muchas cosas que yo, ni por asomo recuerdo y a mi, claro, se me ablandaban los oídos. El era un aparejador incipiente que estaba al frente de unas cuadrillas  de caravista, (caravisteros), que nos trabajaba en distintas obras y de ahí su charla sobre la responsabilidad, si, esa cosa que te llevas a casa y que, muchas veces, no te deja dormir. Decía uno de mis jefes mas queridos, allá por los 80, cuando me propuso hacerme cargo de unas importantes obras hoteleras en Lanzarote: “Enrique, tú no escogiste ser cajero de una oficina bancaria u ordenanza de la S.S., escogiste este oficio y este cargo para asumir responsabilidades y es por eso que te hemos llamado” – Todos los días de mi vida, desde los 20, durante cuarenta, siempre pendiente de la cuenta mensual de resultados, si, como un entrenador de un equipo de fútbol, pero mucho mas emocionante. El caso es que estás siempre pensando en que un día llegará que esa losa desaparezca y te sientas como Dios en el Paraíso. Eso pasó y de momento es como cuando te quitas el cinturón después de una comilona o tras un desespero sexual obsceno, si, pero … ¿Y luego?