martes, 23 de octubre de 2012

La Hipocresía




23 octubre 2012


Me contaban esta madrugada, café en taza y humo en la puerta del local, que hay quien no es capaz de decir las verdades a la cara de las personas y que cuando ya no se quiere no hay por qué esconder ese sentimiento muerto y que de perdurar encerrado, cual carta en botella de un náufrago, acaba consumiendo a quien lo sufre. Discutíamos sobre quien sufre más, si el que es incapaz de decir que ya no siente o el que no sabe que ya no es querido. De todo hay, seguramente, y para eso nos contábamos casos recientes de amigos que han dejado de mostrarnos calor al perder posición de poder, pero Leonor, (la mas veterana de todos los cafetulianos de mis madrugadas), que cuando se pone a razonar, es como la voz de nuestra conciencia, nos ha dicho: “No es desamor, ni miedo, ni timidez, ni nada de lo que contáis, eso a nadie le ha importado nunca, solo pasa que habéis dejado de interesarles y por tanto su mejor aliada no es otra que la hipocresía, amigos, esa es la cara mas cruel de nuestra avanzada sociedad” Pero, entonces, mi sabio compañero de hoy, Juan, le contesta: “¿Qué, Leonor, entonces, le digo a mi mujer que ahora que tiene 66 ya no la quiero y que me voy a vivir con otra?” – “No, (dice Leonor), lo que tienes que hacer, Juan, es olvidarte de todos esos amigos que siempre han dicho que lo son”   - ¿Cómo dices?

N: Curioso, la sordera de unos, desprende las verdades a otros. Mientras yo voy a preparar mi próximo compromiso culinario en Casa Domingo, a pie de Playa, con mis amigos y vosotros, si podéis, haced lo mismo, esto se pasa en un plis-plás y no es cuestión de perder ni un segundo en tonterías.

 
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