Esta madrugada la situación curiosa a la hora de carajillear ese sabroso primer café de la mañana, la ha creado el hijo de la Loli cuando ha dicho: “Mira Arturo, dos palabras mágicas; TRABAJO y 37. Esa es la virtud de ser funcionario, o sea, tienen trabajo para toda la vida y, además, solo 37 horas a la semana, si señor, con un par y yo en el paro desde hace ya tres años. Tenía que haberme hecho cura”. De nada ha servido que hayamos intentado explicarle al niño de la Loli que eso es algo que se adquiere con esfuerzo, preparación y luego con un inalcanzable altruismo al ser servidor público. Nos ha costado más explicarle la actitud de ciertos funcionarios que él ha puesto de ejemplo, pero lo mejor, sin duda, ha sido la reacción de Leonor cuando le ha dicho; “Niño, deja ya de quejarte, que tu no has dado un palo al agua en tu vida. Si quieres vivir bien, estudia, conyo, haz algo, que aun eres joven. No te quedes ahí a la sopa boba y al calor de Mamá. Vividores, que sois unos vividores”
– Lo que ha sucedido a continuación, no es aplicable, ni explicable, en horario infantil y, por tanto, no lo cuento, pero Leonor ha terminado conmigo, su café, en el bar de al lado.
Feliz día.
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