miércoles, 26 de diciembre de 2012

San Esteban y yo



26 diciembre 2012


Viaje, compras, visitas a los amigos de cada día y eso, si, eso es lo que pasa, es un día cualquiera de un otoño cualquiera, pero donde viví hasta los 29, mi Barceloneta natal,  hoy es un día grande, es el día de San Esteban. Las familias se reúnen igual que el mismo día de Navidad aunque, eso si, la Nochebuena apenas la celebran. 

Recuerdo que el problema simpático y territorial de la fiesta, de las Fiestas de Navidad en general, era saber en casa de quien se come cada día. La Familia, el Día de Navidad, que es el festivo de mayor rango, se reúnen en casa de los Padres, San Esteban en casa de la suegra y Año Nuevo una fiesta colectiva en Restaurante de las afueras y menú según el bolsillo del abuelo de mayor y mejor, pelaje. El problema será, sin duda, resolver en la pareja, saber determinar quienes son los Padres y quienes son los suegros.

El día, aquí, como normal que es, empieza “de aquella manera”. Los niños son caprichosos y cuando le dicen: Dile adiós al abuelo o a la abuela, y no les da la gana, ves a los pobres padres pillarse un disgusto de muerte, pero a la abuela, sin duda, mucho más. Son cosas de niños, pienso que yo, seguramente, también lo hacía, pero hace tanto tiempo de ello que ni me acuerdo. No obstante, mirando las fotos de la época yo parecía un niño buenísimo aunque me diera por mearme, siempre, en cualquier sitio. Por cierto, recuerdo, también, que cuando me sentaban a la mesa de comer, ni me movía sin permiso y si lo hacía podía recibir una bronca de mucho cuidado. Ahora, supongo que las nuevas técnicas docentes así lo imponen, no es lo mismo, ¿verdad?

Antonio, el Jefe de Prensa, está aburridísimo porque las ventas han bajado un 45%, “xacto”, y que además no hay fútbol, lo cual es hasta bueno pues nuestro Hércules va colista de la 2ª y amenaza con darnos pocas alegrías de inmediato. Cohonesto sigue radiante pero hoy me he visto capaz de contarle mi problema y apenas he hablado con él. 

Pensando en mi querida Pilar, mi sobrina, recuerdo aún las palabras que ayer crucé con su padre revestidas de sentimiento y amor paterno, hacia esas pequeños problemas que siempre nos plantean los hijos, especialmente, cuando algún mal se ceba en ellos. De todo se sale, me decía animándome yo a mi mismo mientras no podía levantarme de ese banco en el que me había refugiado buscando consuelo a mi día especial, mi día de San Esteban que aunque pasen cien años más, para mi, sin que pueda evitarlo, lo seguirá siendo siempre. En el mundo de mi imaginación y de los felices recuerdos, seguiré tirándome por el suelo jugando con mis seis sobrinos y con mi niño, escondiéndome debajo de la cama de la abuela o de la mesa del despacho de mi Padre, por lo que todos éramos abroncados felizmente: “Enric, embogeixes als nens i tu, no et veus, sembla mentida, ets mes criatura que ells” – Un abrazo Pilarín.


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/