El Tranvía, esa delicia urbana

Las vistas del TRAM

31 enero 2013

Una delicia. Lo primero, casi cayéndome, la máquina me pita, !al ladrón!. – Una hermosa revisora viene al instante hacia mi: Tiene aún cinco billetes en la tarjeta, pero están caducados - Oiga, eso es una estafa, le digo a la guapa revisora - No lo entiendo, insisto, pago por adelantado y ¿ahora no valen? – Lo dicho UNA ESTAFA.

Luego si, el viaje una delicia, 19º, calor, todos los jovencitos sentados y los abuelos de pie, si, pero es que no se dan cuenta, están todos con su smartphone dale que te pego ......”Se pierden las vistas, que pena, se lo pierden casi todo”, me dice un veterano de la red ferroviaria que está delante mío mirando a uno que tiene sentado algo mas allá y que anda peleándose con su móvil. “Es mi nieto”, apostilla.

Seguramente, cambian los tiempos, el problema será que yo no, no consigo cambiar del todo, será que soy mas de los de “Cambio 16”, pero me refiero a la versión de los 70 y, ah, en los de mi era yo me bajaba con el tranvía en marcha en la curva de Industria/Dos de Mayo y nunca pasó nada anormal. Quizás si hubiera tenido un smartphone me hubiera pasado de parada y me hubiera perdido conocer a mi pelirroja. Entonces no avisaban de nada.

Besos a todos y feliz noche, yo estoy agotado de tanto viaje.

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enriquetarragófreixes