Estaba hoy mi amigo Pere, de Castalla, muy enfadado y algo deprimido. Resulta que ya es la segunda vez que se lo hacen y yo, en este caso, estoy con él. Le han anulado, en el último minuto, una comida que tenía hoy con cuatro excompañeros después de que él les mostrara su preocupación porque tal hecho ya había sucedido otras veces y como él mismo me decía … “Che, el caso es que me lo temía, Enrique, hasta mi mujer me lo ha dicho, no me extraña, siempre te hacen lo mismo ¿No será que no quieren verte? “ – Y el pobre Pere se ha tomado dos carajillos de anís, a las once de la mañana, y se ha puesto a llorar sobre mi hombro de un modo virtual pero desconsolado. A mi no se me ha ocurrido otra cosa que tomarme, con él, dos 80/20 y tras escuchar su desconsolado llanto, solo se me ha ocurrido darle un consejo: “Pere, este tipo de amigos no te convienen, ni te quieren, ni te necesitan. Bórralos de tu agenda”.
A veces, muchas veces, no nos damos cuenta que damos mucho más de lo que debiéramos y esperamos, sin duda, aún más. Yo le he convencido a mi amigo que no es bueno esperar nada de nadie, es la mejor forma de no sentirse despreciado y al final, tras dos chistes malos de catalanes, hemos acabado haciendo coña de casi todo, hemos hablado del Rajoy-Dimisión y de LMQLP a todos y hasta nos hemos acordado de los Trending topic mas actuales como #lospapelesdebárcenas, el del #messi y así muchos más hasta que hemos acabado con lo mismo de #RajoyDimisión que es, en el fondo, lo que hoy por hoy calma al personal, es decir, actúa como los parachoques de un coche de los de esta era, que son flexibles, absorbentes hasta la muerte e indeformables.
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