23 abril 2013
Me enseñó Ella que las rosas rojas eran entregadas para demostrar sentimiento de amor hacia la persona amada y las rosas rosas para las personas que querías demostrar cariño o amistad. “No se te ocurra regalarle una rosa roja a tu secretaria, por ejemplo, ni una rosa rosa a tu novia, Enric”. Curiosamente, siempre compraba tres preciosas rosas, todas rojas. Una para ella y dos para mis queridas madres, natural y de adopción.
Nunca me olvidé y ahora tampoco. Ahora ya solo llevo una, pero recuerdo aquellas primeras entregas, en el 67, envueltas en papel de plata, con su lazo y su senyera y toda esa cara de quererlas entregar cuanto antes. “Mira, Enrique, lo que mas me gusta del gesto y que para que tenga mérito, es que se debe ir desde la Floristería de los Claveles, en Luceros, hasta casa, con ella en la mano” Y eso es lo que he hecho.
Feliz día de la Rosa y del Libro.
..
Bellísimo gesto. Aquí, más al sur, no se estila.
ResponderEliminarQuizás, lo importante sea no perder las costumbres. En eso intento aplicarme, Maria Luisa y en enseñarlo a quien pueda o quiera entenderlo.
EliminarBravo amigo.......
ResponderEliminarGracias, Antonio, gracias.
Eliminar