16 abril 2013
Esperando lo posible, nada que te puedan contar será peor, decía siempre mi querido Agustín cuando me veía cabizbajo y pensativo. Ese pensamiento me ha llevado, siempre, a aparentar cierto pesimismo incomprendido, claro, defecto apreciado, especialmente, por todos aquellos que actúan como un resorte cuando les dices que te duele algo, aunque sea una pestaña, si, esos que te dicen, cuando te oyen decirlo, eso tan conocido del “yo más”, en un estúpido y habitual, intento de quererte dejar claro un “nosedequetequejas” y de que lo importante es “losuyo”, lo cual, sin que sepas como, acaban contándotelo.
Cuando me dieron los resultados salí despavorido hacia la calle como un toro a la plaza, nunca mejor escenificado, no me despedí ni del médico y cuando, tras unos días, me he ido encontrando con algunos de ellos, me dio por reír, reír sin parar, como un loco. “¿Te pasa algo, Enrique?” – “Pues no, no me pasa nada, eso es lo bueno” y ellos, claro, siguieron con lo de la décima, si, así son mis amigos, son lo mejor de cada casa.
Saber que desde ayer estás contento me alegra.
ResponderEliminarGracias María Luisa. No sabía yo, psssss, que fuera tan cobarde. Un abrazo.
EliminarNo sabes como me alegro de que te alegres...........Hoy soy un poco más feliz, porque no decirlo.
ResponderEliminarGracias admirado y seguido amigo Antonio. Un abrazo.
Eliminar