7 mayo 2013
Me entera Arturo, esta madrugada, que ayer en el programa del César Vidal contaron que Rajoy tiene 60 asesores de los que ninguno tiene el graduado escolar y que Rosa Díez le ha explicado, con cifras en la mano, a Rajoy, en el Parlamento, que con solo evitar duplicidades entre las distintas administraciones públicas que nos desgobiernan, acosan e inquietan, ahorraríamos 36.000 millones de €. Lo mas curioso es que cuando ha terminado de contarme una y mil aventuras y logros de su mili en África a las órdenes del glorioso y olvidado Ejército Español y de su participación en las escuelas del Movimiento Nacional de la época, ha soltado un epílogo a su mas puro estilo nacional convencionalista:
- “Enrique, ya sé que tú no comulgas con lo que te he dicho, pero no dejo de saborear, día tras día, aquello que ahora llamamos antiguo, si, aquello que nos llevó hasta aquí”
– ya no he querido preguntarle si al hablar de lo antiguo se refería a la años 40/70 o a la del 78 “pacá”, no, no lo he hecho por miedo a que me lo contara, pero a mi me ha dado por meterme en el barrio viejo de mi nuevo pueblo y si, me ha gustado sentir esa belleza, la belleza de lo antiguo, de la maltratada y olvidada piedra antigua.
- “Enrique, ya sé que tú no comulgas con lo que te he dicho, pero no dejo de saborear, día tras día, aquello que ahora llamamos antiguo, si, aquello que nos llevó hasta aquí”
– ya no he querido preguntarle si al hablar de lo antiguo se refería a la años 40/70 o a la del 78 “pacá”, no, no lo he hecho por miedo a que me lo contara, pero a mi me ha dado por meterme en el barrio viejo de mi nuevo pueblo y si, me ha gustado sentir esa belleza, la belleza de lo antiguo, de la maltratada y olvidada piedra antigua.
Te contaré un secreto. En ocasiones cuando puedo, me pongo mis gafas de sol* y me sumerjo en el barrio antiguo de mi niñez que tu conoces bien (Gral. Shelly, Calle Valencia, Les Palmeretes....) y dejo que vengan a mi recuerdos de mi infancia, y con ellos las lágrimas furtivas que se me escapan, no diré sin querer, sino queriéndolas, y mucho. Pero pssss, ya sabes, que nos entere nadie.
ResponderEliminar* Supongo que habrás entendido lo de las gafas desde el principio, aún asi...
Claro, Antonio, a mi me pasa lo mismo y cada vez mas seguido. Un abrazo
EliminarYo ni siquiera tengo nostalgia por ese pasado que suponía humillación a los vencidos, "vivir" perdonándote la vida, soñar como Carpanta... En fin, no sigo.
ResponderEliminarYo tampoco, María Luisa, como dirían los queridos enanos virtuales de hoy: XD. Pero cuando un plasta te cuenta lo suyo y si, además, lo suyo es lo que es, pues eso, me refugio en la Piedra querida, mis ladrillos, mis obras hechas, el trabaho hecho en cuarenta y cinco años de profesión, con ilusiones de futuro, metidos en política sin cobrar nada por ello, XD, era como ir a una reunión de vecinos. En fin, yo si me acuerdo de aquello, pero desde luego no de lo que algunos intentan reconducir el descontento actual.
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