27 junio 2013
En la charla empresarial de ayer tarde tuve un tropiezo con uno de los asistentes cuando, dentro de mi discurso habitual, trataba de concretar cual debe ser la calificación y la actitud del equipo, que debe formar el líder en cualquier proyecto empresarial. Este asistente, empresario de élite, defendía la teoría del Consejero Delegado de una de las últimas empresas en las que tuve la suerte de participar en sus proyectos de éxito, en Alicante. La teoría de ambos, La del ex Consejero Delegado, antes amigo, y la del empresario de élite actual, es que el equipo debe formarse por fieles y mediocres profesionales pues, ambos, se apuntaba aquél, y se apunta éste, a la nefasta teoría de la crianza de cuervos que luego te quitan los ojos.
Creía que la mentalidad empresarial había aprendido algo en los últimos años pero en este caso, al menos, he podido comprobar que este País sigue mal y por tanto de difícil perdurabilidad en cualquier sociedad de progreso que pretenda regirse por criterios de honestidad y eficacia.
A las copas sucedió algo imprevisto: Cuando llegó el clásico …“¿Enrique, tomas algo?”, en señal de que “aquí no pasa nada”, no pude hacerlo porque sí pasaba algo y, quizás, no era un asunto menor. Luego, sentado en mi despacho, me alegré de ser así, si, como hace 40 años.
Aunque hay refranes vejatorios y anticuados, el saber popular a cierta en el de "Cría cuervos..."
ResponderEliminarAunque se que es cierto, María Luisa, procuro que los que me sucedan lo tengan en cuenta pero que no lo apliquen a su modo de vida.
Eliminar