Sombras, nada más y los Guasaps de Luis, el de la CAPA

09 junio 2013

Al fondo del local se oía esa canción que nunca he sabido si me gusta o todo lo contrario y no me refiero a la de “campana sobre campana” como pudiera sugerir la simpática brigada de lo Medieval que hoy está asaltando Alicante-Center, no, me refiero a esa enorme canción de la Durcal que lleva el mismo nombre de esta bloguería: Sombras nada más. Pero eso, lo de la Durcal,  solo lo cuento para dramatizar y ambientar el escenario de mi mañana de hoy en busca de un rico Pollo al Ast en el Pollastre Alacantí.

Estaba tan tranquilo con mi cortadito de cafetito descafeinado de máquina, con sacarina, cuando me encuentro a Luis, el de la CAPA de toda la vida, y me ha dicho: “Jo, Enrique, qué casualidad, ayer, Perico el del BHA, me dio tu teléfono, te mandé un Guasap y no me has respondido, tío” – He tardado casi un minuto para reponerme del atontamiento que me ha provocado la palmada en la espalda y el griterío en el oído malo, que me ha regalado Luis, el de la CAPA, con un entusiasmo propio de un Fan del CR7 tras verlo besarse en el espejo. Luego, como no,  una breve y volátil conversación, clásica alicantina, terminada con el no menos clásico e inútil: “Adeu, un día nos llamamos y comemos”.

Todo este rollo no tendría gracia si no fuera porque Luis, que tiene, ya, 76 y no es que me haya puesto de mala uva su energía, no, eso sería envidia sana, lo que tiene gracia y me ha provocado cierta confusión y sorpresa es, sin duda, lo del Guasap. ¿Verdad? – A veces pienso que el Woody tiene razón cuando dice aquello de:  “Solo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento”.

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