03 julio 2013
Varios meses sin amor contextual, si, de esos que aunque se saborean, ni manchan, ni dejan dolores inoportunos. Hoy me tocó a mi. Uno de los Iconos de mi vida profesional y personal, hoy, se le cayeron los calzones de la témpora y coció un ratito de amor sin freno delante de un arroçet celestial, frente a mi.
Desde luego la pinta no es para quererlo, sino ¡para adorarlo!
ResponderEliminarSi, Alacantí, esa es una buena definición de lo siguiente. Gracias.
EliminarVaya arrocito que nos muestras ,Enrique , por Dios . Se me cae la babilla como a los perros de Paulov ;).
ResponderEliminarQue digo yo que a mí también me gustan esas comidas sexuales sin sexo . Tienes unas cosas !! jajaja.
Amor del bueno, del incondicional . De ese que escasea, aunque a veces me hago "la pregunta existencial": Realmente existe?
Como decía mi padre : Bueno, incondicional incondicional ... " eso es un decir" ( valga la redundancia )porque al final esperamos, y esperamos algo. Y si no ya me dirás, mi querido amigo Enrique, si nos habríamos zampado ese arroz si no tuviera la condición explícita de que lo habían preparado en Casa Pepe, él y su equipo son unos ases.
Me alegra mucho tu enamoramiento patente hacia el/la compañer@ comensal que ha hecho de tu comida un ..se podría llamar "orgasmo gastronómico "? jajaja. Besotes.