06 agosto 2013
A andar por la vida, a querer, a divertirme, a sentir, a conocer el sabor de los percebes, a saber lo que es bailar con tus pies sobre los míos, a ..., contigo aprendí casi todo pero, especialmente, aprendí a amar y a ser querido.
“Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final del discurso de Ana María Matute al recibir el Premio Cervantes 2010)
¡Y pensar que no he probado aún los percebes!
ResponderEliminarTe pierdes una gran cosa, Alacantí. Yo lo aprendí a los 17. Ella me enseñó
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