Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos

26 agosto de 2013

Maquinaba sobre el motor de mis pensamientos, en que es lo que le sucede a las personas cuando sienten herido el ego, la virtud o el maldito machismo mal interpretado. ¿Se vuelven agrias? ¿Actúan como lobo en celo? ¿Disparan al primero que pasa por el teatro de su vida? ¿Es cierto, como dice mi amigo el Básico, que la especie humana es la única que tiende a su autodestrucción? … Pero llegó Pepe, el ex sindicalista hasta la muerte, y me contestó sin él saberlo: “Jo…, Enrique, cambia la cara, conyo, ya me ha explicado la Loli lo tuyo y el disgusto que te has pillado con ese progre de pacotilla que te ha pisado la parte blanda de la zona púbica, pero te diré algo que no se quien conyo lo escribió,  pero espero que  lo entiendas y te sirva para olvidarte ya del asunto; “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.” … Yo no me he levantado y le he dado dos besos en el morro a Pepe porque me ha parecido que nos iban a criticar, claro, pero la cara se me ha iluminado y el, no entiendo por qué, ha puesto cara de pánico y me suelta un … “Enrique, jo… no la vayas a tomar conmigo ahora”.

Y es que eso de las cafetulias es lo que tiene, entras como un habitante de Kabul, es decir, esperando la bomba en cualquier momento y al final, sin que se pueda saber por qué y por donde, allí está, sí, siempre aparece la solución a todos tus problemas.

enriquetarragófreixes