21 agosto 2013
No sé si alguno se habrá fijado en ello, pero hay una muy distinta reacción, entre tus congéneres cercanos, cuando levantas una copa y pronuncias el clásico ... "Va por ustedes" a aquella otra, ya muy clásica, también, ... "Pues yo de lo mío estoy fatal". Al personal, por mucho que te quieran y en general, le repugna que un ser muestre y exponga sus penas. Alegrías, todas, penas, ninguna, ese es mi lema. Así que cuando me preguntan ... "Holaquetal, ¿como estás?" yo suelo contestar: Bien, muy bien, mejor que nunca. Lo que ya no tengo tan claro es por qué a mi me encanta, sin mejor remedio, escuchar a todos los que me hablan de "lo suyo". Será la dulce esencia que se evapora por nuestros sentidos y que desprenden, etéreamente, mis apreciadas cafetulias.
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