martes, 13 de agosto de 2013

Puedes vivir sin ideales?

13 agosto 2013


Traidores fueron todos aquellos que cuando les preguntaban lo que pensaban en los 60 hacían como el Pedro de la Escena final de Nuestro Cristo, lo negaban tres y mil veces y raro era que no delataran a todos aquellos que solo pensaban en metérsela a Juana que era la Progre del grupo, medio jipi, medio ligera de casi todo pero que estaba para eso, para chuparle hasta las ideas. Las ideas se quedaron, los amigos se fueron. Dudando de su propia vida, se fueron de aquí para allá, se acomodaron a los polvos del poder y a las orgías de las noches de perversión empresarial, fundamentando el todo vale a lo que les mantenía erectos aún y llevando treinta y dos cubatas de Bombay azul. A esos amigos los perdí a todos en el largo peregrinaje de la neo democracia que nos tocó vivir a los de nuestra generación. Borracheras de ansiedad por conseguir un mundo mejor, la necesidad de ser mejores nos imponía algunos caprichos como amar las ideas, los ideales y los sentimientos. Estábamos dispuestos a dar la vida por la vida de los demás, por un futuro prometedor y por esa innegable sed de libertad, justicia y honradez que nos imponíamos en todos nuestros gestos. El tiempo, ese implacable, nos dejó una huella imborrable, nos pintó el alma y moldeó nuestras formas, sentíamos necesidades, queríamos cambiarlo todo …

Muchos de ellos,  ya no son amigos. Cambiaron el camino y la chaqueta por otro y otra, que los ha llevado a muchos hasta aquí, si, a los telediarios de hoy y al apartado de sucesos. A los otros los perdí, también, pero porque se perdieron en el intento, no lo consiguieron y como decía mi querido Agustín: “Puedes vivir sin ideales, sí, quizás, pero sin ideales y sin dinero, eres un fracasado. Con ideales puedes ser un fracasado pero siempre podrás vivir con ellos felizmente, hijo, nunca los pierdas, ni los cambies por otros” … Papá, si me oyeras, han sido tan pocos que …
Idealicé un mundo y vivo en él y, ah, por favor, que nadie me lo cambie, soy feliz así.  (Y todos me miraban como si estuviera completamente loco)

Ah, un regalo, … Milanés en el Tropicana de 1998.

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