12 noviembre 2016 2013
Estaba como enloquecido, no paraba de reírse mientras yo le contaba mis problemas para poder acordarme de las cosas. Venía yo del BBVA y cuando me he sentado con el Director no he sabido decirle a lo que he ido ... y Pepe - el ex sindicalista hasta la muerte - al que yo le estaba contando mis desdichas, se estaba partiendo el culo, era como si estuviera "fumado". Cada cuento que le contaba sobre mis carencias de memoria él se me echaba sobre la mesa y hasta le salía baba por la nariz y por la boca. Lloraba - "Conyo, Pepe: De que te ríes tanto?" - le he dicho yo más serio que un ajo - y él, sin dejar de reírse, se saca un papelito pequeño del bolsillo de la camisa en el que había escritas unas notas: "Farmacia, periódico, melocotones y primitiva". Le miré, me miró y él siguió riéndose como un poseso, como un político lo hace de todos nosotros, si, toda una fiesta a costa de eso, de la belleza del olvido, del don de la memoria y de los rencores perdidos, si, de todo lo malo que algún día pasó y ya no me acuerdo.
Pepe, cuando dejó de babear y de reírse, me soltó una de sus frases de siempre, sí, una de esas que se aprenden en los cursos para sindicalistas de élite y que a mi tanto me pirran: "Ay, Enrique, estoy en mi última travesura, estoy en eso de andar muriendo ... despacio, sin prisa, solo dejándome caer, como un gran rascacielos inútil al que dinamitan sus cimientos" ... y a continuación, tras unos segundos de un clamoroso silencio, estallamos los dos a reírnos a lo burro, tanto que hasta me caí de la silla y tanto nos reíamos que aún yo sentado en el suelo y él, (Pepe), erguido como un gallo, de pie ante mí, seguíamos riendo con esa risa tonta que nos entra a todos, siempre, en los momentos más inoportunos aunque éste no lo fuera. La fiesta terminó cuando apareción la Loli ante nosotros y con cara de lo que es, (barista y mamá de todos nosotros), nos dijo: "Por favor, queréis dejar de hacer el tonto, estáis espantando al personal" ... y nosotros dos, bien abrazados, nos fuimos a nuestras Misas, a nuestra "Farmacia, periódico, melocotones y primitiva", como casi todos los días ... tan felices los dos, o los tres, o los que quieran venir, soñar es un plan de futuro muy austero.
Pepe, cuando dejó de babear y de reírse, me soltó una de sus frases de siempre, sí, una de esas que se aprenden en los cursos para sindicalistas de élite y que a mi tanto me pirran: "Ay, Enrique, estoy en mi última travesura, estoy en eso de andar muriendo ... despacio, sin prisa, solo dejándome caer, como un gran rascacielos inútil al que dinamitan sus cimientos" ... y a continuación, tras unos segundos de un clamoroso silencio, estallamos los dos a reírnos a lo burro, tanto que hasta me caí de la silla y tanto nos reíamos que aún yo sentado en el suelo y él, (Pepe), erguido como un gallo, de pie ante mí, seguíamos riendo con esa risa tonta que nos entra a todos, siempre, en los momentos más inoportunos aunque éste no lo fuera. La fiesta terminó cuando apareción la Loli ante nosotros y con cara de lo que es, (barista y mamá de todos nosotros), nos dijo: "Por favor, queréis dejar de hacer el tonto, estáis espantando al personal" ... y nosotros dos, bien abrazados, nos fuimos a nuestras Misas, a nuestra "Farmacia, periódico, melocotones y primitiva", como casi todos los días ... tan felices los dos, o los tres, o los que quieran venir, soñar es un plan de futuro muy austero.
enriquetarragófreixes
Decididamente, Enrique, eres un cachondo extraordinario. J.A.
ResponderEliminarGracias, J.A. es puro miedo, solo eso. ¿A qué? ... otro día te lo cuento
EliminarJajajajajaja, me parto, es genial, Enrique. Qué sería de nosotros sin esos momentos.
ResponderEliminarBEsos.
Esos pequeños momentos y esas pequeñas cosas que abren nuestra agenda diaria con la única y pervertida misión de llegar al final del día ... siendo feliz.
EliminarUn abrazo, amiga Celia
genial
ResponderEliminarun besito
Otro para ti, querida Mucha
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