Manfred W. Juergens-glas
Me aterra darme cuenta que ya no me acuerdo de muchas de las cosas que hago o que he hecho hace un rato. Abrir el armario de los medicamentos y encontrarme las gafas o el teléfono ya no es ninguna sorpresa, pero lo peor es cuando alguien te llama para decirte: “Enrique, te recojo o irás directamente al lugar” … y yo le contesto: “¿Donde tenemos que ir?”.
No hay nada que una buena agenda no pueda solucionar, jajaja. Broma aparte, me imagino la desesperación de sentir que ya no te acordás de las cosas como antes... En fin, la vida misma Enrique, que va pasando.
ResponderEliminarUn beso grande
Gracias, Eva, así es y eso es. Un abrazo.
EliminarSi te sirve de ayuda, a mi me suele ocurrir!!! Un saludo
ResponderEliminarGracias, amigo Antonio, se agradece una palmadita pero ...
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