18 enero 2014
Cuando llegas a cierta edad sueles cuestionarte cada momento en que tuviste que decidir tomar un dirección en cada bifurcación que el camino de la vida te fue presentando y, claro, fueron tantos que nunca sabrás si te casaste con tu mujer porque ese día fuiste a esa fiesta que no pensabas ir en los 60 o si no vivirías en París, por ejemplo, cuando decidiste aceptar ese reto de dirigir un gran proyecto en Alicante en el 78. No, nunca lo sabrás, eso es lo que me digo siempre. No obstante, hoy, el azar ha puesto en mi buzón un enlace a una noticia muy curiosa: 37 cosas que lamentarás cuando seas viejo y no me he resistido a leerla. Es muy interesante y creo que a todos hará reflexionar, pero, realmente, solo hay una que me ha hecho tilín. Leer el artículo. Otro día os cuento cual fue. Admito apuestas sin valor moneda sobre cual es la mía y cual es la vuestra.
Aunque en la lista veo algunas nonadas, a mí me hubiera gustado expresarme en otras lenguas.
ResponderEliminarBuen domingo.
Resolver el enigma, querida Profesora ME. Feliz domingo, también, para ti
EliminarQuise decir: Resolveré el enigma, querida Profesora.
EliminarSabes amigo, prefiero no pensar mucho en ello, a mi edad ya comienzo a lamentar algunas decisiones. Apechugar y no perder mucho tiempo en lo que pudiera haber sido, sino más bien en lo que será. Así ando ahora, y mira que me cuesta, dado que soy un melancólico reprimido, lo reconozco, jeje.
ResponderEliminarClaro, amigo argy, es como el que está en el puerto, vivo, y ha sobrevivido a una tormenta. Cuando pasa eres incapaz de hacer otra cosa, luego, en el puerto, tomando café caliente, se puede meditar sobre lo que se hizo o sobre lo que se pudo hacer.
Eliminar