16 febrero 2014
Empezábamos la reunión, normalmente, hasta que ella empezó a cruzar las piernas. Desde entonces, hace más de treinta años, las reuniones, nunca en un sofá, siempre, en una mesa y de madera, nada de cristales.
Permítaseme esta licencia aunque suene a machismo ancestral, pero es que el mundo de los hombres y mujeres trabajando en armónica coincidencia, donde haya mujeres atrevidas, es un horror ... para los hombres.
Eres genial, Enrique. Has tratado el asunto como todo un caballero.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, María José, eres un encanto. Feliz noche
EliminarPero... tendrás que reconocer, Enrique, que una mujer, además de tener ideas, su belleza alivia tensiones por ayudarnos a comprender que somos diferentes. Claro, María José alaba tu pulcritud pero nadie mira las piernas, solo oye hablar a la mujer...
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique.
Justo eso, amigo Campillo, eso es. Nada como la sabiduría del maestro para salir de estos "jardines". Un abrazo, amigo.
EliminarVaya, vaya,,,,,,,,,,,,,,,,,,jaja
ResponderEliminarYA SABES, AMIGO ARGY, SE APRENDE CON LOS AÑOS.
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