Imagen: Darren Moore
14 abril 2014
Dentro de la misma tónica de ir adquiriendo costumbres prohibidas o indeseadas por la Sociedad que nos obliga a ello, ayer me senté en un banco de la Playa y no me pasó nada. Estuve, incluso, algo más de treinta minutos y, sí, lo repito, no pasa nada, estoy bien, sin secuela alguna. Tampoco nadie se metió conmigo y tan solo un morenito que hablaba rarísimo me pidió la hora de modo gestual y se la di. Repito, no pasó nada, ningún incidente, ningún problema. Puedes sentarte en los bancos de la Playa, relajarte y estarte un buen rato sin que te suceda nada. Lo confirmo, no tengáis miedo, podéis hacerlo sin problema alguno.
Enrique, creo que tener miedo supone previamente tener algo que amañar, esconder o impedir que pertenezca a la normalidad de una vida que, hasta el momento, en España. Cuando alguien, con la desesperación marcada en la cara, comete cualquier desmán, debe ser inmediatamente retirado de una convivencia que debe poseer la normalidad de la educación. Pero, debe ser retirado, no retirado por la puerta A con acceso a la B.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique.
Gracias por tu sabio consejo, Maestro y amigo,Campillo. Sólo era un mensaje dirigido a mi otro yo, el de mi azarosa vida profesional, vida pasada.
Eliminarlo probare , :) sera bueno para mi imaginacion :)
ResponderEliminarNo lo dudes, David. El tiempo enseña a apreciar esas pequeñas y sencillas cosas que una activa vida profesional te oculta. Feliz martes.
EliminarEs lo normal ¿No? ¿Qué pretendías que ocurriera?. Ojalá pudiera hacer eso yo....
ResponderEliminarUn besote.
Sí, dulce detalles, lo sé. Sólo era una forma de lanzar una crítica a mi vida anterior, la de las semanas laborales de 60 horas, la de mis 6.000 km mes, la de mis 90 vuelos al año, la de mis largas noches de hotel, la de mis cenas de trabajo, la de ... una maravillosa y horrible vida que casi acaba conmigo.
EliminarFeliz día, detalles.
Y a mi que me ocurren cosas hasta en mi propia casa.......................
ResponderEliminar