Dice un proverbio chino que no hay hombre maduro que no se crea el rey del mundo, lo sea o no y si no lo hay, se inventa, como me dice uno de mis fieles amigos de la madrugada. El caso es que un día me dije yo lo mismo, pero no lo hice como un gesto de soberbia pura, claro que no, lo hice para darme dos palmadas en mi espalda ante una grave contrariedad genética, pero, seguramente, por exceso de peso, me caí del árbol y fue por eso, por maduro pero intenté llevarlo bien, es decir, sin arrastres, sin velos, sin ojos, sin oídos, solo arreo, del de empujar, del de salir del bache, del de buscar el ruido, la "creme", alejar el vacío, notar el sentir, sí, buscando ese necesario impulso vital que notas vive justo al otro lado de la cama, si esa cosa que algunos aún llamamos "amar para vivir".
Las cosas, seguramente, son como son, pero si nos empeñamos en ello, seguro que las haremos mejores.
Enviado de Samsung Mobile Note III
Tenemos el poder de cambiar las cosas, el problema es que cuesta entenderlo...................
ResponderEliminarY practicarlo, amigo argy. Sabemos, muchasveces, lo que hacemos bien y, también, lo que hacemos mal. ¿Entonces?
EliminarQuerer es poder.
ResponderEliminarY poder querer, Tracy. Hay quien tiene alma de acero o, simplemente, es gente pobre que no pobre gente.
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