03 mayo 2014
Pasa el tiempo de modo irremediable, a veces, incluso, tortuosamente, otras, felizmente, pero te das cuenta que, poco a poco, sigues matando al que creíste representar y todo ello lo haces creyendo que haces lo que debes, aunque no sepas muy bien que eso sea lo que desees, ni, demasiadas veces, lo que esperas, pero un día, no sé cuando, ni en que lugar, ni de que manera, te das cuenta que has muerto, que ya no queda nada de aquel que fuiste, ahora eres irrespetuosamente feliz sin que tampoco sepas ni por qué, ni cómo lo hiciste, pero la evidencia es la que es: Mataste al que fuiste y ahora eres cognoscitivamente fausto y todo ello sin que la etología te haya iluminado el camino. Lo extraño y maliciosamente arbitrario, es que esa nueva vida se presente tan corta - ¡¡¡Una verdadera boutade!!!
Reblogueado amigo!!! Cada día más sembrado...
ResponderEliminarUn poco loco, sí, ¿Sembrado? deseando que sean cultivos de futuro, amigo. Me ha encantado lo del reblogueo. Gracias.
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