Imagen: Michael TAYLOR de Catherine La Rose
08 junio 2014
No encontraba mejor sitio y vino a sentarse junto a mi, en el mejor banco de sentarse de toda la Playa de San Juan. Veo que no me recuerdas, me dijo, y aunque me sorprendió, al rato ya estábamos hablando de nuestras batallas legendarias dentro del mundo del ladrillo. En los ochenta era el empresario modelo de todo el Levante español y, como en todos, eso no cuenta, no existe un libro de historia que hable del mundo empresarial, de los emprendedores y de todos aquellos que hicieron que el mundo empresarial sea hoy, como es. No, no lo hay. Se habla de Políticos, Gobernantes y realeza, fueran dignos o golfos empedernidos de lo suyo, solo mendigos del poder público y del buen yantar, claro, y ahí están, sí, en todos los libros de historia se habla de ellos, pero de los emprendedores ni se habla, ni se comenta, ni se sabe nada de nada de ellos. … Mi empresario de los ochenta se arruinó a finales de los 2000 y cuando le dije … “No te preocupes, tú eres y serás, siempre, el empresario que hiciste de ésta y de muchas ciudades lo que son y por eso te recordarán”, me puso la mano sobre la rodilla y, con voz amarga, me contestó: “Ay, Enrique, ojalá opinaran de mi, mis hijos, lo mismo que tú” – Me dio un fuerte abrazo, (de esos con ruidosas palmadas en la espalda), y se marchó a sus ochenta y muchos en busca de otro banco que pudiera endulzarle, al menos un poquito, otro de sus largos días, de zapato, charla ocasional y meditación marina.
Así es la vida...
ResponderEliminarTotalmente, Tracy, totalmente.
EliminarFeliz tarde.
Relato muy triste amigo! Lo siento por el...
ResponderEliminarGracias, amigo argy, por él y los muchos que como él se van al banco de la Playa a tropezarse con un oído que escuche y quiera escuchar.
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