Imagen: David Heath-fotografía BN
04 julio 2014
Seré breve, (hoy ya he escrito demasiado), pero no puedo dejar de contar un cuento que, siempre, me contaba mi Madre sobre el asunto de la confianza que viene muy bien trasladarlo a los tiempos actuales, más que nunca …
Un senador romano, gran educador y mejor padre, intentaba inculcar a sus hijos la mejor educación con ejemplos muy prácticos, tanto, que, a veces, parecían crueles. Un buen día, a sus dos hijos de 7 y 5 años, subió al menor encima de una gran mesa y cuando el niño empezó a quererse bajar, el padre le extendió los brazos y le dijo: Tírate, hijo, que yo te cojo. El niño se lanzó a los brazos del padre pero éste se apartó y el niño se dio un gran tortazo contra el suelo. El hijo mayor le dijo al padre; Papá ¿Por qué has hecho eso?. El padre, poniéndose muy ceremonioso, voz profunda y gesto solemne, le contestó; Para que aprendáis, hijos, que no debéis fiaros de nadie, ni siquiera de vuestro padre.
Una lección difícil de olvidar. Cuesta recuperar la confianza en este caso.
ResponderEliminarUn besote grande y espero que todo vaya fenomenal.
Gracias, detalles, estoy mejor. Mi Padre no fue Senador, pero casi y por ello, seguramente y por muchas cosas más, yo le admiraba y le admiro, con pasión.
EliminarGENIAL
ResponderEliminarTan bueno que desde hoy seguiré tu consejo
Beso
Bien hecho, Mucha. No se te olvide que nunca, nunca jamás, que cuando subas a una mesa no debes pedir ayuda para bajar.
Eliminar