05 julio 2014
Asomaba mis pensamientos por el mundo de la razón y comencé a pensar en los motivos que conducen a pensar que la vida es lo que es y no lo que hubieras querido que fuera y eso, al parecer, sucede sin que puedas impedirlo, concretarlo y ni siquiera sabes por que lo piensas. Te cruzas en el camino hacia ella con la señora del perrito salido, que siempre se me monta en la pierna de apoyo, le echas dos piropos a la simpática farmacéutica cuando vas a por tu ayuda vital y sonríes al ver al abuelo de Sonia cuando a escondidas se fuma un purito corto a la sombra del ramaje de la arboleda del paseo. Ella sigue ahí, es mi palmera favorita, Francisca. Yo la planté, (la hice plantar), y es como si fuera una hija, ancha, firme, serena y erguida como tu misma vida, deseando crecer para ser más grande, más útil y más alta, más feliz, más curtida y más querida. Siempre que la veo, recuerdo y me recuerda, mi propia vida, será una palmera llena de vida, será … una palmera.
Precioso amigo,,,,,,,cuantas veces habré pasado yo por ahí y sin saberlo. A la próxima le daré un abrazo!
ResponderEliminarAy, amigo Antonio, se me amontonan los sentimientos. Tendré que resetear pronto o... ,quizás, no.
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