03 agosto 2014
Siendo un día cualquiera, de un mes cualquiera, de una vida de un cualquiera, no deberían hacernos gracia algunos chistes sobre asuntos que solo afectan a los "cualquiera". Recuerdo que en cierta época de amor al culto, que viví con infantil dedicación plenaria, al despedirme me decían ... "Id con Dios", ahora se me ocurren otros modos de hacerlo, cuando leo el periódico. No obstante, la vida, la nuestra, la interior, la de nuestras emociones, sería, más veces de la que nos quejamos de ella, como nosotros quisiéramos que fuese si, simplemente, nos lo propusiéramos y eso, os lo puedo asegurar, no pueden quitárnoslo.
Enviado de Samsung Mobile Note III
Razones hay para ello, Enrique.
ResponderEliminarSergi