06 agosto 2014
Egoísmo, hijoputismo, (como dice mi amigo Felipe, el de la ELA), o, simplemente, pura y puta, mala educación de todos los que viven en su ego por encima de cualquier otro interés, es y tienen, los que manifiestan esa actitud tan perversa como la de ocupar las plazas de aparcamiento para minusválidos con cualquier excusa y en beneficio ilegal, propio. Lo peor no es que, esos estúpidos e inservibles humanoides, hagan lo que les pase por las pelotas de su civismo, no, lo peor es que la autoridad municipal competente, (los guardias urbanos y quien los dirige), no hagan nada de nada para impedirlo.
Hoy el premio a la ingratitud, a la grosería y al insulto a la urbanidad y a las mínimas normas de convivencia se la lleva mi amigo Gambín, otrora empresario ejemplar, hoy un gamberro más. ¿Hasta cuando?
El egoísmo está presente en nuestra vida...
ResponderEliminarAsí es, Paco. Lo que no comprendo es la lenidad de la Jerarquía municipal y los propios guardias con este asunto. Esta mañana he ido a tirar la primitiva a Playa San Juan y las dos plazas que hay delante del local estaban ocupadas, como siempre, por coches que no llevan placa, son los del momentito. A la tercer vuelta a la manzana sin éxito de aparcamiento cercano, he decidido parar en medio de la calle, me he bajado y he ido a echar mi primitiva. El coche,el primero de la cola, me estaba poniendo verde, me he acercado y con voz tranquila y mi bastón en mano, le he contado lo que pasaba, el chaval ha salido del coche y le ha pegado una patada en la puerta a uno de ellos, pero el dueño del que ha recibido, que estaba sentado en una terraza de un bar muy cercano, al verlo se ha liado a mamporros y a empujones con el chaval y yo, finalmente, me he ido.
Eliminar