(Recuperado del baúl de mis bloguerías del 2012. Actualizada y ampliada)
De pequeño mi Madre ya decía de mi que yo jugaba al fútbol como Zoco, si, ese gran jugador de la era del mejor Real Madrid de los 60 que movía las piernas como si fueran de palo. Un día descubres, a los 9, que saltar el plinto te puede costar que te rompas un brazo pero saltas y te lo rompes. Tu ansiedad se hace mayor cuando ves que todo el mundo te recrimina tu torpeza. Pero no, este niño parece que no la tiene, se mueve suficientemente bien, le decían a mis padres mientras yo escuchaba, atónito, lo que el médico les contaba en su consultorio, mientras yo me mantenía callado y sordo, en la camilla. Mas adelante descubres que saltar se está convirtiendo en una hazaña y que subir la cuerda a pulso es misión imposible. ¿Como pudiste pasar las pruebas para ir a Milicias, Enrique? Eso me preguntaba yo a mi mismo, el día que me dijeron que, quizás, la tuviera. Luego vas viendo que cada día es mas difícil mantener la cara erecta, otro ves que los hombros se van adelantando y que, sin que nadie se mofe mas de lo debido, siempre encuentras a alguien que te insinúa que te están saliendo alas, lo cual no es mas que el resultado de ese adelantamiento. Pero callas y aguantas pues no tienes tiempo de pararte a pensar en ello. Llegan los cuarenta y te das cuenta que jugar al tenis es un imposible y a los cincuenta, un buen día, te encuentras tirado en medio de la Avenida de Oscar Esplá, una vez más, y te parece que un millón de personas te preguntan si estás bien y si necesito ayuda. Mientras tanto por tu cabeza solo pasa un pensamiento: ¿La tendré?
Decenas de pantalones con rodillas peladas y un sinfín de golpes en codos, rodillas y brazos, hacían presagiar lo peor y un día, sin más, a los 56, decides ponerle fina tu martirio: ¡¡¡ Tengo que saberlo !!!
En 2001 me dijeron que la tenía, que la compañera que tuvo mi Madre hasta que se nos fue, había cambiado de cuerpo y se había venido conmigo. Ahí la tengo, sí, mi querida DFEH sigue conmigo y le agradezco que fuera capaz de hacerme poner los pies en el suelo de la realidad, de hacerme comprender que la vida como siempre, está en otra parte y, siempre, cerca, muy cerca, justo al lado.
N: Vayan estas “loas de hoy” en apoyo de todos aquellos que sufren en silencio la incomprensión y el descuido de toda una Sociedad que se hace llamar civilizada mientras ignora, cruelmente, a todos esos seres humanos que conviven con un sinfín de esas enfermedades denominadas RARAS. Vaya por ellos y porque la Sociedad y sus Gobernantes algún día entiendan que esos enfermos, LOS RAROS, también existen.
N: Vayan estas “loas de hoy” en apoyo de todos aquellos que sufren en silencio la incomprensión y el descuido de toda una Sociedad que se hace llamar civilizada mientras ignora, cruelmente, a todos esos seres humanos que conviven con un sinfín de esas enfermedades denominadas RARAS. Vaya por ellos y porque la Sociedad y sus Gobernantes algún día entiendan que esos enfermos, LOS RAROS, también existen.
enriquetarragófreixes
Haces un gran favor a la sociedad enferma o no, con tu buen humor y tu forma de encarar la vida.
ResponderEliminarGracias.
Gracias, Tracy. Ya sabes, no nos rendiremos. Feliz noche.
EliminarEl optimismo y buena cara que pones a la adversidad es digno de ser mostrado en las escuelas amigo...........otra leccion de vida! Animo amigo! Hoy Viernes la nuit......
ResponderEliminarPor fin es viernes, amigo. Ya sabes, yo soy el rey de las palmas pero me lo paso ... +++++++
EliminarFeliz noche y gracias por tus siempre animosas palabras.