05 septiembre 2014
Llegada la hora en que la oscuridad impera sobre todo lo demás, solo los pensamientos que emanan del fondo de nuestro dolor, que no lo es más que el del propio ser, de nuestro ser, pueden darnos la luz necesaria para luchar contra esa fuerza que te lleva más allá. No me hagáis mucho caso, son cosas de la edad, y de la música, claro. Eso pasa cuando estás oyendo a Mozart …
Pues yo lo he escuchado y nada de oscuridad, más que la edad es el estado de ánimo. Escucha de nuevo y disfruta, hoy puede ser un gran día.
ResponderEliminarBesos grandes.
Es cierto, Detalles, que yo lo haga con los ojos cerrados y con las persianas hasta el suelo, no quiere decir que no haya luz. Cierto, ahora mismo me pongo los tacones, me afeito, me ducho y, como mtodos los viernes, me lanzo al viernes la nuit de mis amores.
EliminarUn abrazo, detalles.
A veces intento imaginar qué pensaban o sentían unos músicos tan geniales cuando componían estas obras. Creo que Mozart en este concierto para piano observa al hombre con cierta lástima, invitándole a serenarse con sus notas. No sé, es una impresión muy personal. un abrazo y feliz viernes
EliminarPara mi lo inexplicable, mimarzgz, es que hubiera tantos entonces y tan pocos ahora. Mozart es único.
EliminarHola Enrique,
ResponderEliminara mí también me pasa. Creo que no es cosa de la edad, Mozart es Eterno. Por cierto, tengo una entrada en mi borrador sobre su muerte. Creo que te gustará...
Un abrazo
Seguro, FJT. Un abrazo-e y, ya sabes, un honor verte por aquí.
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