Pepe, el Sindicalistas hasta que muera, ahora jubilado y retirado de todo ruido de sables sindicales, se dedica a robustecer su dañado intelecto moral a base de proyectar sus frustraciones en su entorno más cercano pues siempre los mantuvo al margen de su ego y de su vida sindical y laboral, aunque nunca pegara un palo al agua pues era uno de los Cientos de miles de sindicalistas liberados que las empresas pagan para que el sindicalismo subsista en este querido País que aún llamamos España. Ahora descubre que su hijo equivocó las intenciones que, siguiendo los pasos de su padre, dejó los estudios en los 90 para dedicarse a la construcción, al sindicalismo y a las noches en KKO y con lo cual, su brillante vida ha terminado con dos hijos que le hizo, uno a una colombiana ostentosa con residencia desconocida y otro a una chica de Ucrania, ambas con portentosas cualidades físicas y, también ambas del mundo de la Hostelería por llamarle de alguna manera a su "virginoso" y nocturno empleo. El asunto está en que las portentosas muchachas se fueron, ambas, por separado, cada una a su país con los maridos que allí dejaron, dejándole al niño de Pepe, ya cuarentón, a las dos criaturas a modo de regalo. Como el niño de Pepe, que anda en el paro desde hace seis años y se ha convertido en un NINI grandullón, le ha pedido a papá que se haga cargo de las criaturas pues él se piensa marchar a Australia a buscar fortuna ya que allí tiene un par de amigos que le han dicho que donde están atan los perros con salchichas de carne de canguro y ahí está el problema, sí, que Pepe no ha podido ni opinar, se lo ha encontrado hecho. Ahora el problema lo tenemos los del equipo de las cafetulias madrugadores pues Pepe nos ha pedido un gran favor, que para él se ha convertido en asunto vital: "Chavales ... ¿Conocéis a una buena chica, con referencias, para cuidar en régimen de interna, a dos niños de 4 y 6 años? Ah, no me importa la edad, pero solo puedo pagar 300 €/mes, cama y comida".
La vida es lo que es, cuando menos te lo esperas vomita sobre uno mismo por culpa de una mala dieta.
Enviado de Samsung Mobile Note III
enriquetarragófreixes
Vaya descripción del final de lo que fue la borrachera del decenio mágico (que creo has llamado tu en alguna ocasión). Triste pero cierto. Un abrazo
ResponderEliminarDecenio fatal y ... mágico, claro. Una vida sin dieta educativa ... acabas con úlcera, amigo Antonio.
EliminarUy Enrique cuidado a ver si elige mal, y tu amigo Pepe se queda con tres bebés a su cargo.
ResponderEliminarMadre mía que jardines...
¡Feliz domingo!
Ay, Tania, hay tanto y tanto por entender quena veces creo que aquella señora Francis de mi infancia hoy sería presidenta de la Cofradía del Niño Perdido. Yo me reía de las películas americanas de los 50 cuando el Bob Hope y la Doris Day nos mostraban un mundo de divorciados y su escandalosa pero feliz vida dominical donde se juntaban los hijos de la primera mujer y las del segundo marido en la casa de la primera mujer del padre de la tercera ... y eran tan felices. Claro, a la americana puede funcionar, pero a la española, latinos que somos, eso es imposible.
EliminarFeliz Sevilla amiga Tania y feliz semana.