15 noviembre 2014
Es siempre duro que te digan que ya no te aguantan, que ya no dices nada nuevo y que estás gagá y que, por tanto, debes conformarte con mirar en las ventanillas para gente ociosa que los buenos encargados de obra dejan en sus vallas para ellos, para “los sin foro”, para esos que algún día creyeron ser todo y que ahora pasan por nuestro lado sin que sepamos quienes son.
Por eso anoche, decidí ponerme en manos de Mariajo, esa espiritista de lujo que anda por el mundo de la noche dando alegrías a los que, como yo, amamos ese don que ellas tienen. Le di la mano y me lo dijo: “Enrique, tienes un cordón energético muy especial unido al Karma. Tienes una gran espiritualidad, lo puedo sentir en tu mirada y en tu expresión, yo soy espiritista y lo sé. Debes elevarte más y puedes hacerlo”. Seguí cogido a su mano y cerré los ojos … pude sentirlo – “Acabarás dejándote querer por esas clases emergentes que tanto te han querido y volverás a ser el centro del universo, no lo dudes, la edad no es una barrera, es solo tu energía la que te hará volver a ser tan espiritual como siempre. Tú sabes como hacerlo”. Abrí los ojos, me dio su tarjeta para que la llamara y, así, pudiera contarme con exactitud el asunto de elevar mi espíritu, y me fui creyéndome el Cid Campeador … sin espada y sin Babieca, claro, pero espiritualmente fuerte y … casi levitando. Fue toda una hazaña. Luego, ya sabéis … “Enrique, ¿que te ha dicho? … te vemos muy afectado”.
Fui Rey por unos minutos … el espiritismo con clase, algo muy recomendable.
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Ya había leído este post, pero lo que te pedía que nos contaras era lo que te dijo en la segunda vez, porque fuiste ¿no?
ResponderEliminarNo, Silvia, no fui ... tuve miedo.
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