20 diciembre 2014
Dicen que los años nos hacen tristes y no es cierto, solo nos hace sentirnos tristes el no saberse querido, sentirse inútil y hasta notarse olvidado por el mundo entero. Cuando llega la Navidad hay quien esconde todas esas cargas con un siempre recurrente … “No me gusta la Navidad”. En estos días próximos a la fiesta familiar por excelencia hay quien lo pasa mal, muy mal, notas que los que así lo ven venir se te enganchan al alma de la conversación inrecurrente, intentado amarrarte para que no te vayas, para que no les dejes solos. Mi abuelo me decía siempre: “Si ves a un hombre solo, que llora aunque no muestre las lágrimas … abrázalo, dile que no está solo, extiende tu mano y déjalo sentar en tu mesa” – ¡¡FELIZ NAVIDAD!!, amigos.
N: Vaya esta bloguería, (súplica), para que no olvidemos a todos aquellos seres cercanos, amigos y familiares, que por una u otra razón se quedaron solos y sin remedio, en estos excelsos días. Llámale, ves a verlo o dile que venga. Hazlo por él … y por ti
¡Viva tu abuelo!
ResponderEliminarGracias, Tracy, quizás algún día se lo diga, quizás esta noche, veremos como ando de sueños. Un abrazo-e.
EliminarPues sí, viva tu abuelo y esa sensibilidad que heredaste, saludos!!
ResponderEliminarGracias Sonia, un honor verte por aquí. Saludos mediterráneos.
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