06 enero 2015
No se si apetece hoy levantarse a sabiendas de que el Fort Apache, los legendarios soldaditos de plomo o aquel juego de construcción de figuras geométricas de madera de muchos colores, ya no estará encima de la mesa del comedor. Saber que ya no no veré aquellas refinadas copas de licor vacías o el también vacío cubo de agua que puse para los camellos, pero todo eso no quedó en saco roto. Ahora quedan esos recuerdos felices, queda esa brasa encendida del sentimiento, de la ilusión, que todos debemos ser capaces de trasladar a nuestros enanos de hoy así, como nosotros llegamos a sentirlo. No hará falta grande gastos, ni enormes cantidades de máquinas, maquinitas y/o todo tipo de artilugios infernales para hacerlos felices. Tened en cuenta que muchas veces nos gastamos cientos de euros en un gran regalo y luego los enanos juegan con la caja o el envoltorio.
La humildad, la discreción y la austeridad, es, también, un gran regalo que, demasiadas veces, olvidamos.
Y dicho todo esto … ¿qué pasa con el regalo para el/los abuelo/s?
Pero no te ha llegado el carbón? ?? Pufff, yo a mi me han colmado los dos zapatos,.
ResponderEliminarEl año que viene no les preparo ni el agua!!!
Feliz dia de reyes!!!! Y un besote de regalo
Ay, detalles, al final me lo han regalado todo. Me he precipitado, me han llenado de besos, mocos y seguramente ... me habrán pasado la gripe. Por cierto, el carbón es algo muy rico.
EliminarAbrazote muy grande.
A tu reflexivo post, amigo Enrique, yo añadiría que el mejor regalo es el amor y el cariño,esos si que no tienen precio
ResponderEliminarMira por los rincones que los reyes son muy juguetones.
ResponderEliminarNada, Tracy, sigo, a esta hora, buscando y nada. Creo que me iré a dormir.
EliminarUn abrazo fuerte.
Claro Toni, cuanta razón tienes. Te voy a "regalar" para corroborar lo que te digo, mi entrada de hoy en el Facebook en una versión menos descafeinada:
ResponderEliminarEs una verdadera “putada”, como diría cualquier culto humanoide de los que circulan por el GH de “mis amores”, levantarse una mañana de Reyes y encontrarte la mesa del comedor vacía, sin un solo juguete, sin las tres copas de licor vacías y sin ni siquiera un poquito de carbón. Es una gran “golfada” que no estén allí todos mirándome, con los ojos abrillantados, esperando mi reacción ante la inmensa montaña de “Fuertes Apache”, millones de soldados de plomo de la “Policía Montada del Canadá” y un hermosa cajita de madera con su “dominó dentro, encima de una caja de “Lápices de Colores Alpino”. Todos esos "millones" de juguetes cabían en solo una “cuarta” de la mesa, pero a mi me parecía la mesa más grande del mundo.
Claro, lo que pasa, es que ya han pasado casi sesenta años y los que me llenaban la mesa de ilusiones y de emociones inolvidables ya no están. Pero que tonto soy, ahora yo soy el que estoy en el lugar de aquellos, eso es lo que pasa, además mi regalo de hoy ya hace mas de 40 que duerme conmigo y los nuevos regalos los tengo, todos juntos, a 300 metros.
Te cuento lo que pedi no me lo trajeron Era alguien muy buen mozo
ResponderEliminary mas joven que el que tengo
jajaj