02 enero 2015
Me cuesta escribir la fecha y colocar 2015 al final. Estaré durante algunos días equivocándome, lo sé, día tal de enero de 2014, eso es lo que me pasará, pero lo cierto es que, además de cambiar un cuatro por un cinco, parece que tras tanta coba, fiesta y miles de actos celebrando su venida el 2015 ha llegado y seguimos todos igual. Esta madrugada, con el primer café, me tocaba las piernas, la cara, me daba mis primeros sustos al verme en el espejo del baño y al abrir la puerta de la cafetería todo seguía igual, es decir, el café amargo y los viejos chavales otrora revolucionarios para el cambio, yacen ahí, fumando en los lavabos, oliendo a carajillo de Magno y alegrándose, jocosamente, de que algo ha cambiado … “Han subido las pensiones dos euros/mes” – Dice Pepe … “Serán hijos de su madre” – Dice Leonor. La Loli dice que se ha vuelto a enamorar de Antoine y éste anda en paradero desconocido desde que ayer, de madrugada, se le vio marchar con esa chica de Salamanca que baila el chachachá como los mismos ángeles del infierno, después del revellón.Y como nadie me lo dice, lo digo yo: “Oye, Enrique, todo sigue igual, sí … afortunadamente”.
Gente amiga y no tanto, muchachada del ayer y del hoy … Feliz Resto de Nuestras Vidas … (y lo demás son tonterías)
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