sábado, 10 de enero de 2015

Qué bella es la vida … gracias Dios por dejarme seguir



10 enero 2015

Me dice Tracy, una de mis seguidas virtuales, que cuando cuento esas historias que suelo referir aquí, ella les cuelga esta curiosa y coqueta, etiqueta: “Historias reales de cada día, las que siempre nos dejas”. Pues hoy voy a contar un par de ellas porque me parece que llevarlas dentro, sin que nadie más las conozca, me parece un pecado sin calificar.

  • Paula, esa chica de Alcoy que tan joven parece a sus 66 por su vitalidad, alegre charla y hasta por su altruismo el cual demuestra al estar metida en no sé cuantas organizaciones humanitarias donde ejerce el voluntariado, ha pasado los quince días más angustiosos de su vida. Unos días antes de Navidad se palpó y encontró un bulto en un pecho, se fue a su médico en la Clínica de la Avenida de Denia y éste, sin más, le propuso hacerle una biopsia de inmediato. Se la hicieron el mismo día, pero el resultado, (cruelmente tarde), se lo dieron ayer, (cosas de los médicos y sus vacaciones). Paula, esta mañana, ha venido a vernos a nuestro Ateneo y, apenas la hemos visto, todos nos hemos levantado para preguntarle el clásico y expectante: ¿Quéeee? – Ella con lágrimas en los ojos y repartiendo abrazos como si fuera el primer día de su nueva vida, nos anunciaba que su tumor ha resultado ser benigno, lo que se llama un bulto de grasa. Lloraba, reía, se abrazaba a todos uno tras otro y no hacía más que repetir … “Qué bella es la vida … gracias Dios por dejarme seguir” y así lo hizo una y otra vez o eso me ha parecido que decía sin decirlo.

  • Rubén, ese ingeniero almeriense al que conocí en mi etapa profesional en Canarias, en los ochenta, a sus 65 recién cumplidos, le han diagnosticado hace unos días un cáncer de laringe. Paula, al verlo, se ha ido hacia él y le ha abrazado muy fuerte, tanto que Rubén le ha tenido que advertir, jocosamente, que él tiene mujer, hijos y muchos nietos. Paula cuando ha dejado de apretujarlo y se ha salido de ese largo abrazo, cogiéndolo por los hombros, le ha dicho: “Ten fe, Rubén, de todo se sale, hoy en día más del 50% y hasta el 90% de los enfermos con cáncer de laringe tienen tratamiento y se curan” – Rubén no ha llorado, solo se le caían las lágrimas, a él y a casi todos, cuando Paula le ha vuelto a abrazar y lloraba sobre su hombro manifestando esa ira que produce estar entre la alegría de vivir y la sombra del terrible mal que te lo impide.

Bien, hoy es sábado … disfrutadlo, nosotros nos hemos regalado un baño de altruismo, felicidad y otra gran lección sobre el comportamiento inesperado de la buena gente, especialmente en un tiempo en que es muy difícil encontrarlo.



Os regalo una de las que me pirran: "La felicidad" Pablo Milanés con Chucho Valdés en la Habana 






2 comentarios:

  1. Lo primero gracias por poner mi enlace, pero no es nada extraño el catalogar tus entradas de historias reales y si no, ya me dirás qu´son las de hoy además de ser entrañables, llenas de optimismo y esperanza y mucho, mucho cariño por tu parte a esas personas de las que nos hablas.
    Me ha encantado la presentación que haces de Paula

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    1. Gracias Tracy ... me gusta lo que dices, como lo dices ... muy bien, gracias.
      Un abrazo de lunes.

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