Play, por favor …
Un día decidí leerle y ese mismo día, por la noche, decidí quedarme con él para no apartarlo nunca de mi vida.
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo derrotando imposibles
segura sin seguro
te dejo frente al mar descifrándote
sola sin mi pregunta
a ciegas sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía
pero tampoco creas a pie juntillas todo
no creas nunca creas este falso abandono
estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso
de oscuros cabeceos
estaré en un lejano horizonte
sin horas en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra
estaré repartido en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
y ojalá pueda estar de tu sueño
en la red esperando tus ojos
y mirándote.
Mario Benedetti.
No me extraña Enrique, son unos versos muy bonitos, con un gran tacto y muy profundos. A mi tambien me gustan, saludos!!
ResponderEliminarRefugiarse en Mario y sus letras, Sonia ... una bendición.
EliminarAbrazo de viernes
A Benedetti, no hay que dejarlo marchar nunca.
ResponderEliminarNunca ... clavado en el alma desde que lo conocí, Tracy. Feliz viernes la nuit
EliminarQue hermoso este compartir, viajamos con los versos e inmediatamente los hacemos nuestros. Nunca dejamos del todo, vamos dejando pedazos nuestros en cada encuentro. UN abrazo fuerte Enrique y lo mejor para ti y tu familia en ese nuevo año
ResponderEliminarGracias, Susana, un honor verte por aquí.
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