28 marzo 2015
Sería yo un niño, tanto que hasta me parecía mágico, ceremonioso, solemne y, hasta, íntimo. Era el Domingo de Ramos y allí estaba yo cogido de la mano de mi Padre y en la otra mi Palma, en la Iglesia de Santa María del Pino allá por mi barcelonesa tierra natal. A veces me pregunto, quizás demasiadas … ¿cuando se produce ese momento en que perdemos la inocencia?. Bendita sea y maldita sea, sé que se acaba perdiendo de modo irremediable, pero … ¿Por qué me abandonaste?
Mientras miro a mi alrededor observando mis posesiones emocionales, preparo mi especial Domingo de Ramos, que mañana será como un domingo cualquiera, será un domingo feliz y lleno de “tormentos”, cual saben practicar mis enanos conmigo, y es entonces cuando me acuerdo de esa sabia frase que escribió Antoine de Saint-Exupery … “Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”.
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Pues claro que sí amigo.Yo aparte de lunatica tambien tengo mi estrella y la busco en la noche oscura.Y recuerda, El y sus colegas, eran revolucionarios.Y no eran palmas, que eran lanzas !!! Ub
ResponderEliminarCierto, palmas que escondían traicioneras lanzas ... te das cuenta, Claudia ... ¿Qué poco ha cambiado el mundo, verdad?
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